Porque no nos alcanza con ser una “puteada” al sistema, intentamos ser un espacio alternativo de opinión, apoyo y divulgación para aquellos que salen a jugarse el día a día, con el lógico sacrificio de aquél que no le sobra nada y de los postergados que le dan alegría y color a la búsqueda permanente del verdadero significado del deporte.
Apoyamos a los clubes que cumplen una importante función social, que tienen ida y vuelta con su gente y con el barrio. Pero que por ser pequeños y humildes, y no contar con la infraestructura acorde a las exigencias de los dueños del negocio, son discriminados y empujados muchas veces al abismo, hasta por los formadores de opinión -que suelen estar siempre del mismo lado-.
Porque tratamos de colectivizar la memoria, que se resiste a dejar morir a aquellos que dejaron huella y “marcaron la cancha”.
Para que el fútbol y el deporte no sean usados como trampolín para saciar apetitos de poder de mercaderes y oscuros empresarios oportunistas.
Por un deporte sin exclusiones. Por la integración y el Federalismo.
Por la recuperación de valores y porque nuestros límites son el universo.